sábado, 28 de enero de 2006

La conspiración del hombre del tiempo

Querida Mara:

Ahora que tus sentidos se despiertan, a juzgar por las divertidas expresiones de tu cara, habrás empezado a notar todo tipo de sensaciones. Entre ellas, el agobio de verte sumergida en una infinitud de capas de ropa.

“¿Mis papás quieren convertirme en cebolla?”, te preguntas en secreto. Te tranquilizaré. No creo que esos sean sus malévolos planes. Quizá te aguarden otros aún más crueles como pretender que emules a Mozart, en éste su año recién inaugurado, y te ingresen de urgencia en la cadena perpetua del solfeo. Me da que tampoco.


Lo paranormal sería ver osos polares

patinando en la Plaza Mayor


Tantas precauciones se deben al temor de que te constipes en tus paseos matinales. El estornudo de bebé altera más a unos progenitores primerizos que el estallido de una guerra termonuclear. Es lo malo que tiene haber nacido a las puertas del invierno, Mara. Ya ves, los que llegan en julio o agosto andan felices con el pañal y poco más. A lo Gandhi.

Y así se me ocurre, como perito en lunas, que tal vez de ahí se nutran las playas nudistas. De los nacidos en el soleado veranito. Esta teoría te parecerá absurda. Lo es, no te quepa duda. Pero si le financian a un profesor universitario el descubrimiento de la fórmula de la depresión de la cuesta de enero, ¿por qué no nos iban a subvencionar a nosotros este descubrimiento antropológico?

Volviendo a nuestro tema de hoy. Entre las nuevas sensaciones que estás empezando a percibir, el frío. Seguro que te extraña tan curioso fenómeno. Parece que a los mayores también. De siempre, en invierno hacía frío y en verano, calor. Entre medias, al menos en Castilla, unos fugaces días templados en los que ‘ni chicha ni limoná’.

Todo es una conspiración de los hombres y mujeres del tiempo para ganar protagonismo

Pues bien, Mara. Si nieva en enero, resulta que acontece una ola polar y el gris hombre del tiempo es trasladado del epílogo somnoliento de los informativos a la espectacular portada. Es la gran noticia. Conexiones en directo con las regiones afectadas. El drama en vivo. Está pasando, está nevando y se lo estamos contando. El país se detiene conmocionado. ¡En invierno pasamos frío!

La extrañeza generalizada por usar bufanda en este mes, sí que es un fenómeno psicológico. Y creo que conozco la razón. Me llamarás paranoico, pero me temo que es cierta. Me sacrificaré por la causa, en plan Galileo cuando sostuvo que la Tierra giraba en torno al Sol y le condenaron.


Lo he descubierto y no me lo callo…

Todo es una conspiración de los hombres y mujeres del tiempo para ganar protagonismo. Ya estaban más que hartos de que aprovecháramos su aparición, con sus currados mapas y las coquetas isobaras, para recoger la mesa o echar una cabezada. Así que, siguiendo el ejemplo de Bush con Al-Qaeda, aprovechan el temporal para dominar nuestras vidas.

Se han conjurado en un cónclave secreto para convertirse en los nuevos gurús. Son los sacerdotes que rigen nuestras vidas mientras dura el tembleque. Te lo digo yo. Nos amenazan con mil maldiciones si desobedecemos sus instrucciones.

Me he declarado elemento subversivo y me daré un paseo por el Campo Grande cencellado

“No salgan a la carretera. Desistan de pasar el fin de semana donde sea porque lloverá”, profetizan tras consultar el oráculo del meteosat. Es más, su emergente dictadura se tiñe de paternalismo y nos aconsejan, como madrazas, que no salgamos sin mantita ni termo ni cadenas ni móvil.

Es enero. El termómetro baja de cero… lo paranormal sería ir en bermudas con 40º C a la sombra o ver osos polares patinando en la Plaza Mayor… En fin, que me he declarado elemento subversivo y en plan radical me daré un paseo por el Campo Grande cencellado y compraré castañas en un puesto callejero. Cuando vuelva a casita, me prepararé un chocolate calentito y me leeré los últimos relatos de Rafael Martínez Sagarra que ha publicado Café Compás. Incluso pondré el CD de ‘Blanca navidad’, versión pitufa, para chinchar.

Pero antes, te dejaré con una inquietante pregunta… ¿los malvados meteorólogos comerán ratones como en ‘V’?

sábado, 21 de enero de 2006

Celulosa o personas

Querida Mara:

Vivimos en una constante paradoja que me cuesta explicarte con sólo dos meses de existencia. Yo, con 30 años, soy incapaz de entenderla. Mientras que en esta porción de universo nos empeñamos en construir muros de cerrazón y miopía, seguimos abriendo fronteras espaciales fuera de la atmósfera.

El jueves, la sonda ‘New Horizons’ partía rumbo a Plutón en la primera misión a tan desconocido planeta descubierto en 1930. Parece mentira, pensaba que llevaba ahí toda la vida. Tardará diez años en llegar, calculan. Minuto arriba, minuto abajo. No parece mucho si pensamos en lo que tarda un regional de RENFE desde Valladolid hasta Soria.

Pasada esa década, Mara, tú estarás atisbando el horizonte de la adolescencia. Para entonces, muchos de los sucedidos que esta semana han provocado rasgamientos de vestiduras seguramente parecerán tonterías anacrónicas. ¿Habrán llegado los llamados 'papeles de Salamanca' a Cataluña en ese tiempo? Quién sabe, quizá sigan de transbordo en la Audiencia Nacional.
Lanzarote aprovecha la coyuntura para convertirse en Agustina de Aragón con bigote de superintendente de la T.I.A.
Éste es uno de esos fenómenos extraños que te comentaba. Un simple trámite administrativo es convertido por esos seres de los que ya te advertí el día de tu nacimiento, los políticos, en arma arrojadiza de odios y demagogias. Unos y otros alzan la bandera del nacionalismo casposo para vendarnos los ojos. Así nos ocultan la realidad y corren un estúpido velo sobre el precio de la vivienda, las listas de espera en los quirófanos, el amenazante paro o la escasa voluntad de integrar a los inmigrantes que rejuvenecen este vetusto país.

Demagogia nacionalista

Poco importa lo realmente importante si tenemos unos papelajos, que nadie se ha molestado en mirar en años, con los que marear al personal. Las verdades objetivables en las que deberían hablar los científicos de la Historia se ocultan ante la verborrea barata. Carod ensucia la memoria histórica y la aprovecha para hacer una muesca en su culata de aspirante a cacique provinciano.

Los dos grandes cambian de postura según les convenga y donde dije digo, digo Diego. Caldera mira de reojo la hemeroteca para que nadie recuerde sus palabras de opositor cuando rechazaba la devolución de papeles y Acebes olvida las declaraciones de Aguirre a favor del retorno cuando las tornas eran otras. Por su parte, Lanzarote, ensimismado en su papel de caudillo numantino, aprovecha la coyuntura para convertirse en Agustina de Aragón con bigote de superintendente de la T.I.A.
Luchemos por una Casa de Lys cuyo Ayuntamiento machacado o porque en Soria haya un triste kilómetro de autovía
No voy a entrar ahora a argumentar, a favor o en contra, sobre la legitimidad moral o jurídica de la medida adoptada para trasladar los legajos a Barcelona. No tenemos tiempo. Y menos cuando vivimos en la hora de las microfilmaciones o la documentación de la Guerra Civil anda repartida por media España. Sobre tanto nerviosismo por la pérdida de la unidad archivística, ¿por qué no se llevan a Salamanca los archivos de la Fundación Franco? Es una opción, ya que se les subvenciona ampliamente.

Esta polémica, que parece parida por Berlanga y Azcona a la limón, ha despertado pesadillas que parecían olvidadas cuando conmemoramos el 60º aniversario de la barbarie del 36. Tanto tiempo después, en un debate decimonónico, aún nos preguntamos qué es España y derechas e izquierdas tensan cuerdas sin prever consecuencias…

Con la pretendida defensa del archivo con sede en Salamanca, que no de titularidad salmantina, se ha pretextado una absurda defensa de lo nuestro. Está bien querer a esta tierra hasta que nos duela, pero luchemos por nuestro verdadero patrimonio. Por una Casa de Lys, joya del Art Decó, cuyo Ayuntamiento ha machacado o porque en Soria haya un triste kilómetro de autovía.

Mara, desde tu inocencia de lactante, ¿qué prefieres: que se lleven unos papeles que estaban accidentalmente en esta Comunidad o que nuestros jóvenes se vean obligados a emigrar porque piensan que aquí no hay futuro? Yo, al menos, prefiero las personas a la celulosa.

sábado, 14 de enero de 2006

Ese lujo, perder el tiempo

Querida Mara:

Ya te lo he comentado en más de una ocasión. A riesgo de repetirme, insisto. Te envidio. Y, como yo, muchos de los que te rodean. Dormir y comer, qué dos apasionantes ocupaciones. En eso inviertes el día y, encima, te premian por ello.

En cambio, con unos años más, si continúas centrándote en ambas delicadas tareas, los oídos no pararán de zumbarte. Si no, que se lo pregunten a los concursantes de ‘Gran Hermano’.

El aburrimiento, otro derecho a reivindicar en la era de la eficiencia máxima

Perder el tiempo, es decir, invertirlo en uno mismo, debería ser considerada una de las bellas artes y, en cambio, es perseguido por improductivo. Disfruta de los pocos años que la civilización occidental nos concede para tal cometido. En breve, las jornadas carecerán de horas para dar a basto el cúmulo de clases y actividades extraescolares.

Qué lejos quedarán esas tardes invernales de la infancia en las que el reloj se dilataba contemplando el gotelé de las paredes… con el me aburro siempre en los labios… El aburrimiento, otro derecho a reivindicar en la era de la eficiencia máxima.

Para los adultos aún es peor. Por eso, hasta han creado una comisión para conciliar la vida laboral y familiar. Más que nada, para ver si es posible que, cuando fichemos a la salida, aún quede un poco de sol del que disfrutar en la calle. Nos quieren europeizar, dicen, en horarios. Son más racionales, alega el presidente de la tal comisión que estos días anda cual vedette por todos los foros y televisiones.

Décadas de paréntesis para regresar a los orígenes…
a la cuna y, si la mandíbula también se jubila, incluso al biberón


Quieren que estemos a las cinco de la tarde desocupados. Disfrutando del no hacer nada. En principio, la idea suena golosona. Podría ser la primera comisión de la Historia Universal que aporte algo bueno a la Humanidad. A cambio, tendríamos que renunciar a la comida hogareña y la cabezadita al runrún de los documentales de La2.

Ilusiones

¿Ves cómo no te engañaba? Comer y dormir son dos lujos. Eso sí, en caso de haber sido buena, digo productiva, te dejarán jubilarte pasados los 60. Según un estudio que acaban de publicar esta semana, los españoles somos los trabajadores de la Unión que antes queremos retirarnos. Tontos nunca hemos sido.

Entre las ilusiones previstas para cuando colguemos los hábitos, la mayoría soñamos con convertir en realidad la eterna fantasía de grandes viajes. Luego, la pensión nos pone los pies en la tierra y resulta que la gran mayoría se dedica a no hacer nada. ‘A perder el tiempo’, comentaban los informativos… Como si eso fuera malo. Quizá sea mejor morir estresado a los 25.

En fin, paradojas de la vida laboral. Te pasas cuarenta años, o más, trabajando de sol a sol para ganarte el privilegio de recuperar hábitos de la infancia. Décadas de paréntesis para regresar a los orígenes… a la cuna y, si la mandíbula también se jubila, incluso al biberón.

Eso sí, para entretener al personal, la ciudad se ha convertido en una sucursal de Madrid. Este nuevo Valladolid, parque temático de la pavimentación urbana, goza de amplias vistas a todo tipo de obras. Desde la Plaza Circular hasta el Paseo Zorrilla. ¡Disfruten de las zanjas!

sábado, 7 de enero de 2006

Roscón para el general

Querida Mara:

Con el dulce sabor del roscón aún en el paladar, me encantaría conocer tu opinión acerca de tu primera Navidad. ¿Qué te ha parecido? Supongo que es pronto para preguntártelo con sólo dos mesecitos en este mundo que compartimos, aunque te habrá impresionado esta fiebre de festejos invernales a la que nos entregamos sin vacuna posible durante prácticamente un mes.

No me cabe duda de cuál será tu día favorito en cuanto comiences a definir las formas que te rodean… el 6 de enero… los Reyes Magos… como la de todos o, al menos, la mayoría…

Y es que, por muy republicano que uno sea, Melchor, Gaspar y Baltasar saben montárselo bien. Nos ganan por el estómago con esa sabrosa masa en forma de rosco para rematarnos con los regalos bajo el árbol… Un día de ilusión en el que los grandes también deberíamos refugiarnos a resguardo de la realidad cotidiana.

Los madelman seudogolpistas se agotaron en las tiendas el 6 de diciembre de 1978

Incluso algún general pide en su carta jugar a los salvapatrias para proteger a la inocente dama constitucional de los estatutos impuros aunque, para ello, se pase a la propia Carta Magna por sálvese la parte. Eso le pasa por jugar con tanto tanque de pequeño. Si le hubieran regalado alguna cocinita habría aprendido a prepararse una tilita antes de abrir tan condecorada boquita.
Ya lo siento, pero los madelman seudogolpistas se agotaron en las tiendas el 6 de diciembre de 1978…

En fin, dejando a los niños malos a los que el rey Bono debería traer su correspondiente dosis de carboncito, es una lástima, querida Mara, que un día tan díver sólo dure una jornada y la vuelta al cole espere, tramposa, a la vuelta de la esquina. Eso sí, las pilas de los juguetes, extenuadas, lo agradecerán.

Por eso, te propongo que el buen rollito que pretendemos destilar en estas fechas no caduque cuando tiramos al contendor los envoltorios, las cajas y demás cachivaches. Visto que mi promesa de año nuevo de pisar el gimnasio ha sido imposible de cumplir por pereza congénita, podríamos cambiarla por otro deseo más saludable de intentar ver la vida con cierto optimismo y, por qué no, el propósito de sumar entre todos para mejorar esta comunidad mal avenida.

Te propongo un deporte de riesgo a medio camino entre el maratón, la lucha libre y el sumo... ¡¡Las rebajas!!

Quizá parezca ñoño, cursi o empalagoso, pero no estaría mal… Algunos lo llamarían talante, con cierta acritud… lo prefiero a estar siempre metiendo el dedo en el ojo ajeno, la verdad. En fin, como ves, me había guardado una porción de roscón para el día 7.

Rebajas, deporte de riesgo

Y, si te va la marcha, te propongo un deporte de riesgo a medio camino entre el maratón, la lucha libre y el sumo. ¡¡Vámonos de tiendas!! ¡¡Comienzan las rebajas!! Te comento, una especie de fiebre del oro en el que nos hipnotizan para creer que nos dan duros de los de antes por una peseta de las de toda la vida.

Ésta es otra festividad, del santo capitalismo, que consiste en correr de tienda en tienda persiguiendo la felicidad en forma de vaquero a mitad de precio para terminar alcanzando la belleza absoluta en el 2x1 de prendas imposibles.

Tú quédate conmigo, en una esquinita, para observar. Como no echan nada interesante en la tele, podemos acomodarnos en la planta de megaofertones con unos panchitos y un refresco viendo cómo renace el sogatira. En vez de cuerdas, jerseys. Ante una camisa rebajada al 30% nada puede hacer aquello de paz a los hombres de buena voluntad. En la 3ª planta, no hay amigos. Es la jungla… la talla 38 vuela.